Deborah Compagnoni
- DEBORAH BALLARINI
- 15 jun
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 10 jul
Deborah Compagnoni, famosa y apreciada esquiadora y campeona italiana, pasó su infancia en el hotel Baita Fiorita, en la región montañosa de Santa Caterina di Valfurva (Italia), propiedad de sus padres.
Su familia mantenía una fuerte conexión tanto con la hospitalidad como con las pistas de esquí. Su madre trabajaba en el hotel, en vez, su padre y abuelo como instructores de esquí y guías de montaña. Aunque a veces veía el hotel como un pequeño "refugio", el ambiente familiar, lleno de cariño y experiencias compartidas, selló su infancia.

Deporte habitual de Deborah Compagnoni
Desde la infancia, el esquí ha formado parte de su rutina diaria. Al principio era un juego, pero con el tiempo se convirtió en una pasión que le ayudó a crecer, aprender cosas nuevas y disfrutar. Tras recibir sus primeros esquís, sintió de inmediato una sensación de libertad que jamás olvidaría.

Deborah era una niña vivaz y curiosa, a veces incluso traviesa. Sus días estaban llenos de pequeñas aventuras, como recorrer largas distancias, descubrir lugares desconocidos o, incluso, probar y tomar una "grappa" en el bar de sus tíos.
Cada una de estas experiencias contribuyó a fortalecer su carácter y la relación con su familia. En su infancia, la naturaleza jugó un papel vital. Paseaba con frecuencia con su padre, quien le enseñó a identificar flores, reconocer montañas y observar animales en silencio y respeto. Estas actividades constituyeron una auténtica enseñanza de vida para Deborah.
Era divertido cultivar su imaginación y reforzar su seguridad esquiando o corriendo libre por los prados. Aunque la Montaña era su universidad. Visitaba, todos los años, Venecia, la ciudad de origen de la familia materna. Para ella, era como entrar en un lugar mágico, muy diferente pero igualmente valioso.
Sus competiciones
Desde pequeña, participó en competiciones de esquí, pero su padre siempre le recordó que el objetivo era practicar y gozar del evento, no ganar. A lo largo de toda su carrera deportiva, esta lección le sirvió de guía.

Hoy en día
Deborah reconoce que su infancia fue libre, dinámica y conectada con la naturaleza y esencial para ser lo que es hoy.
Argumento tomado del libro de Deborah Compagnoni : “Una chica de montaña – Historias de una infancia feliz entre nieve, prados y aventuras”.
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