Lo que se ve hoy es el Castillo Sforzesco debido a la restauración de Luca Beltrami (1895) quien lo llevó a su aspecto original gracias a vestigios de grafitos presentes e la sala capitular del Abadía de Chiaravalle de Milán.
La primera fortaleza de Milán se remonta al período de Galeazzo II Visconti en la zona de Porta Giovia. Con el tiempo este fuerte sufrió muchas devastaciones y destrucciones.
Hoy presenta una fachada ancha de 200 metros con tres torres: una central llamada Torre del Filarete y dos circulares a los lados decoradas con almohadillado. En el lado derecho se encuentra la Porta dei Carmini con puente levadizo y en el lado izquierdo la Porta de Santo Spirito.
El lado opuesto a su fachada principal está orientado hacia el Parque Sempione.
Sala de las Tablas del Castillo Sforzesco
En la Sala de las Tablas (Sala delle Asse) localizada en el Castillo Sforzesco de Milán, hay pinturas sobre el enlucido de las paredes y sobre la bóveda que la cubre.
Dichas pinturas fueron realizadas por Leonardo da Vinci y se fechan en 1498. Representan un emparrado de morras presentado como un enredo de ramos y hojas que nos recuerdan los nudos vincianos.
A mitad del siglo XX, sobre la pared oriental, se descubrieron dibujos esbozados en blanco y negro que representan raíces enormes que se "incrustan" en rocas; parece ser un tronco de árbol, probablemente por donde brotan los ramos que se entrecruzan sobre la bóveda de la sala.
Por mucho tiempo pasaron en el olvido y, además, sus paredes fueron enlucidas con cal blanca hasta que de nuevo vieron la luz a fines del siglo XIX.
Leonardo, una vez más, nos deja otra obra de arte sobre pared bajo pedido de Ludovico el Moro como lo hizo con la Última Cena. Por ahora en restauración
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